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domingo, 14 de noviembre de 2010



Culpable


poema dedicado a Nayem Algarhi


La voz inocente de un niño,

es culpable de la muerte,

culpable del odio de los verdugos

de la ausencia de su ciudad.


Culpable que entierren

su voz para siempre

ante el silencio cómplice

de la indiferencia.

Dirán que la bala

atravesó su cuerpo,

atravesó su alma

y desgarró su corazón.


Una vez más

culparan a su madre,

a su hermano

a sus amigos.


Y al final,

los vasallos

encerrados en la ignominia

del delito

culparan al niño saharaui,

de su muerte.


Ali Salem Iselmu

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