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jueves, 24 de octubre de 2013

15M. OBEDECER BAJO LA FORMA DE LA REBELIÓN. Colectivo Cul de Sac





El 15-M ha supuesto la alineación de una parte de la población, hasta ahora sólo desencantada, para la defensa por otros medios del orden establecido. Ha exclamado su pretensión de mantener las condiciones de una vida insostenible al módico precio de olvidar la opresión pasada, justificar la presente y preparar la futura.

Cuando la sumisión está tan arraigada usa la forma de la rebelión para afirmar su renuncia. Lo más significativo de los indignados no son sus proclamas, aquello que gritan a los cuatro vientos, sino lo que callan, sobre lo que no tienen más remedio que guardar silencio. ¿Indignación ante qué? ¿Ante la inhumanidad del mundo que nos ha tocado vivir y el papel represivo de cualquier Estado, o ante los precios de los pisos y la inutilidad de los títulos universitarios para conseguir un trabajo bien remunerado? ¿Con qué se indigna la clase media occidental?

El tiempo de la indignación es el tiempo de la defensa de los privilegios, no el de la revolución contra el orden que los produce. Ir en su contra supondría aceptar una reducción drástica de muchas comodidades y prebendas que la organización técnica nos ofrece, y esa perspectiva no es alentadora para la mayoría. Más bien es exactamente lo contrario de lo que defienden cuando se indignan. 



 Ediciones el Salmón. Madrid 2012

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